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Revisoría Fiscal: Más allá de la Auditoría Financiera

  • Foto del escritor: Leonel Alfonso Alvarez Guerrero
    Leonel Alfonso Alvarez Guerrero
  • 19 oct 2024
  • 6 Min. de lectura


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La revisoría fiscal es una función clave para las empresas, especialmente en países como Colombia, donde su implementación es obligatoria para ciertas organizaciones según lo estipulado por la ley. Sin embargo, muchas veces la revisoría fiscal se confunde únicamente con la auditoría financiera, cuando en realidad abarca un espectro mucho más amplio de actividades que son esenciales para el buen funcionamiento y la sostenibilidad de una empresa. Este blog explorará las principales funciones y ventajas de contar con un revisor fiscal, así como los criterios para seleccionarlo adecuadamente.


¿ESTÁS OBLIGADOS A TENER REVISOR FISCAL?

En Colombia, la obligación de tener un revisor fiscal está regulada por la legislación, especialmente en el Código de Comercio, la Ley 43 de 1990 y la normativa tributaria. A continuación, te detallo las principales condiciones para tener un revisor fiscal en una empresa:

1. Sociedades anónimas (S.A.)

  • Toda sociedad anónima está obligada a tener un revisor fiscal, independientemente de su tamaño o actividad.

2. Sociedades en comandita por acciones

  • Las sociedades en comandita por acciones también están obligadas a contar con un revisor fiscal, de acuerdo con el Código de Comercio.

3. Sociedades por acciones simplificadas (S.A.S.)

  • Las sociedades por acciones simplificadas solo están obligadas a tener revisor fiscal si cumplen con los siguientes requisitos financieros:

    • Activos brutos superiores a 5.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes (SMLMV).

    • Ingresos brutos anuales superiores a 3.000 SMLMV.

4. Empresas no societarias o entidades sin ánimo de lucro

  • Algunas entidades no societarias, como fundaciones, corporaciones o cooperativas, están obligadas a tener revisor fiscal si sus activos o ingresos superan los mismos umbrales de las sociedades S.A.S. (5.000 SMLMV en activos o 3.000 SMLMV en ingresos).

5. Condiciones por sector económico o actividad regulada

  • Ciertas actividades económicas o sectores están regulados y obligados a tener un revisor fiscal debido a la supervisión de entidades como la Superintendencia de Sociedades, Superintendencia Financiera o la DIAN. Estos sectores incluyen:

    • Entidades vigiladas por la Superintendencia Financiera o Superintendencia de Economía Solidaria.

    • Compañías que cotizan en bolsa.

    • Entidades aseguradoras o de salud.

    • Fondos de empleados y cooperativas, dependiendo de su tamaño y características.

6. Decisión de los socios o estatutos de la empresa

  • Aunque una empresa no esté obligada por ley a tener un revisor fiscal, los socios o accionistas pueden establecer esta obligación en los estatutos de la empresa. De esta manera, se busca garantizar una mayor transparencia y control sobre la gestión financiera.

7. Empresas que manejan recursos públicos

  • Toda empresa o entidad que reciba o administre recursos públicos puede estar obligada a tener un revisor fiscal, con el objetivo de asegurar la transparencia en el uso de dichos recursos.

8. Empresas con contratación estatal

  • Las empresas que celebren contratos con el Estado o entidades públicas pueden estar obligadas a contar con un revisor fiscal, especialmente si los contratos implican el manejo de grandes sumas de dinero o proyectos de largo plazo.

9. Cooperativas y asociaciones mutuales

  • Dependiendo de los niveles de ingresos y activos, las cooperativas y asociaciones mutuales están obligadas a tener revisor fiscal bajo las normas de la Superintendencia de Economía Solidaria.


Revisoría Fiscal y Auditoría Financiera: Un Enfoque Integral

Una de las funciones más conocidas de la revisoría fiscal es la auditoría y firma de la información financiera. En este aspecto, el revisor fiscal verifica que los estados financieros de la empresa estén preparados de acuerdo con las normas contables vigentes (como las NIIF), sean completos y reflejen adecuadamente la situación financiera de la compañía. Esto incluye la revisión de balances, el estado de resultados y otros informes financieros clave.

Además, el revisor fiscal debe emitir un dictamen de los estados financieros, que es un documento clave para los accionistas, entidades financieras y organismos de control, ya que da fe de la veracidad de la información presentada. Este dictamen es vital para asegurar la transparencia y la confianza en la gestión financiera de la empresa.

Revisión del Control Interno: Más Allá de los Números

Una función crítica que distingue a la revisoría fiscal de una simple auditoría externa es la revisión del funcionamiento del control interno. Aquí, el revisor fiscal evalúa si los sistemas y procedimientos implementados por la empresa para la gestión y control de sus recursos son eficaces.

El buen control interno asegura que los riesgos se manejen adecuadamente, que se cumplan las políticas y procedimientos de la empresa, y que se eviten fraudes y errores que puedan impactar negativamente a la organización. Un control interno robusto también contribuye a mejorar la eficiencia operativa de la empresa, lo que a su vez puede impactar positivamente en su rentabilidad.

Función Certificante: Garantizando el Cumplimiento

El revisor fiscal también cumple una función certificante, lo que implica que su labor va más allá de la revisión y auditoría; el revisor debe certificar que los informes y declaraciones financieras y tributarias sean correctos y que se ajusten a las normativas locales e internacionales.

En este sentido, el revisor fiscal no solo da fe de la información financiera, sino que también verifica el cumplimiento de las obligaciones fiscales, laborales y normativas de la empresa, generando cartas y documentos de recomendación que son fundamentales para asegurar el correcto funcionamiento de la compañía. Estas recomendaciones son esenciales para que la alta gerencia tome medidas correctivas cuando sea necesario y para mejorar los procesos internos de la empresa.

Generación de Alertas: Previniendo Sanciones y Mejorando el Desempeño

Uno de los grandes beneficios de tener un revisor fiscal es la generación de alertas en caso de incumplimientos, tanto con las entidades de control como con las propias directrices internas de la compañía. Estas alertas permiten a la empresa tomar medidas correctivas de manera oportuna, evitando sanciones y otros problemas que puedan afectar su reputación o estabilidad financiera.

Por ejemplo, si la empresa no está cumpliendo con sus obligaciones fiscales o con las normas de control interno establecidas, el revisor fiscal notificará a la alta gerencia para que se tomen las medidas adecuadas antes de que las autoridades intervengan.

Criterios para Elegir un Revisor Fiscal

Es fundamental seleccionar un revisor fiscal que cuente con experiencia y conocimiento suficiente para llevar a cabo estas funciones de manera eficiente. A continuación, algunos criterios clave para elegir a un revisor fiscal adecuado:

  1. Conocimiento técnico y normativo: El revisor fiscal debe estar actualizado con las normativas contables y fiscales vigentes, tanto a nivel local como internacional.

  2. Independencia: Es vital que el revisor fiscal no tenga conflictos de interés que puedan comprometer su objetividad. Su función debe ser independiente y libre de influencias internas o externas.

  3. Experiencia en el sector: Es recomendable que el revisor fiscal tenga experiencia previa en el sector en el que opera la empresa, ya que esto le permitirá tener un mayor entendimiento de los riesgos y desafíos específicos.

  4. Capacidad de comunicación: Más allá de la revisión técnica, el revisor fiscal debe ser capaz de comunicar recomendaciones de manera clara y efectiva a la gerencia, permitiendo que las medidas correctivas sean implementadas adecuadamente.

Ventajas de Contar con un Revisor Fiscal

Contar con un revisor fiscal aporta múltiples beneficios a las empresas, tanto en términos de cumplimiento normativo como de eficiencia operativa. A continuación, algunas de las principales ventajas:

  1. Cumplimiento normativo: El revisor fiscal asegura que la empresa cumpla con todas las normativas fiscales, laborales y contables, evitando sanciones y conflictos con entidades de control.

  2. Transparencia: La revisión y certificación de los estados financieros por parte del revisor fiscal aumenta la confianza de los accionistas, inversionistas y otros grupos de interés en la gestión de la empresa.

  3. Prevención de fraudes y errores: Un revisor fiscal garantiza que los controles internos de la empresa estén funcionando adecuadamente, lo que ayuda a prevenir fraudes, desvíos de recursos y errores financieros.

  4. Mejora continua: El revisor fiscal proporciona recomendaciones valiosas para mejorar los procesos internos de la empresa, lo que puede resultar en mayor eficiencia y rentabilidad.

  5. Alertas tempranas: La generación de alertas por incumplimientos permite a la empresa corregir posibles problemas antes de que escalen y generen mayores inconvenientes o sanciones.

Conclusión

La revisoría fiscal no se limita a la revisión de los estados financieros; es una función estratégica que garantiza el buen gobierno corporativo y el cumplimiento normativo. Además, contribuye a la mejora continua de los procesos y a la prevención de riesgos financieros y operativos.

Contratar un buen revisor fiscal puede ser una inversión que va más allá de cumplir con la ley. Es una herramienta fundamental para asegurar la transparencia, la eficiencia y el éxito sostenible de la empresa en el largo plazo.

 
 
 

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